Adriana Rivera: «Los Pandora Papers tras la pista de 1.212 venezolanos»

Adriana Rivera: «Los Pandora Papers tras la pista de 1.212 venezolanos»

La periodista venezolana, del portal Armando Info, fue una de las coordinadoras del capítulo venezolano de los Pandora Papers que revelan los secretos financieros de 35 jefes y ex jefes de Estado y más de 330 políticos mundiales en 91 países. La importancia de esta nueva “saga” periodística, luego de los Panamá Papers, es que la filtración, recibida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) se hizo desde 14 proveedores de servicios offshore e involucra a más de 600 comunicadores que le meten la lupa a 12 millones de documentos para descubrir el flujo de dinero desde una perspectiva de redes conectadas

Los Pandora Papers están presentes en las mesas editoriales de todo el mundo, ¿nos pudiera explicar cómo se logró esa megaalianza?

Los periodistas con más tradición de investigación, muchos de ellos dentro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, han comprendido que la corrupción y el crimen organizado son transnacionales. Se mueven como red y tienen presencia en diferentes países. Si esas mafias operan bajo esa lógica, para investigarlas el periodismo también debe hacer lo mismo.  Se debe crear un sistema para que muchos ojos, en distintos países, sigan el rastro del dinero y las transacciones que hayan podido hacer las personas ligadas a las empresas en jurisdicciones con registros opacos. Si en ese entramado las mafias funcionan interconectadas, los periodistas que le siguen el pulso a esta realidad deben trabajar colaborativamente y tejer redes que permitan investigar mejor. La propia experiencia ayuda. Ya había pasado con los Panamá Papers cuando se creó una interacción de cientos de periodistas y durante estos últimos 5 años han surgido otras filtraciones de archivos de paraísos fiscales.  Con los Pandora Papers fue aún mayor con 12 millones de documentos que ha involucrado la participación de más de 600 periodistas, en 117  países, con 151 medios de comunicación. Es como la cúspide de la red que se pudo entretejer entre periodistas. Hay un artículo reciente  en el Latam Journalism Review donde Emilia Díaz-Struck, coordinadora para América Latina del ICIJ y editora de datos de los Pandora Papers, explica cómo se crearon las bases de datos y la manera segura para compartir las informaciones. Es una tarea titánica revisar tantos millones de datos con miles de personalidades en el poder, mandatarios, representantes políticos, millonarios y magnates. Esto no es posible hacerlo como un lobo solitario. Y es la gran lección del periodismo, es en grupo y en redes que se abarcan mejor los temas como el caso venezolano, que no ha sido la excepción donde muchos personajes han tenido un pie en Portugal, en República Dominicana y en Estados Unidos para lo cual se ha trabajado en colaboración con los periodistas de esos territorios para indagar más.

Los Pandora Papers son un «golpe periodístico» que deja al descubierto las irregularidades financieras de políticos, empresarios y financieros que depositan sus riquezas en los paraísos fiscales para no pagar impuestos y en muchos casos con el objetivo final de esconder hechos de corrupción. ¿Nos pudiera hablar del alcance mundial de este hallazgo?

Creo que esta vez hay un conocimiento más profundo de cómo funciona el mundo offshore, actividades económicas o de inversión realizadas fuera del propio país, porque a diferencia de los Panamá Papers, que en esa oportunidad no se trata de documentos de un solo bufete, en esta ocasión se hizo a través de 14 proveedores de servicios desde donde se filtraron archivos que abrieron un mundo del funcionamiento de empresas offshore desde Asia hasta América.  Vemos cómo funcionan distintos paraísos fiscales no solo en islas, como la gente suele imaginar, es también en algunos estados de Estados Unidos que actúan también con registros muy opacos. Otro de los grandes efectos es ver cuánta gente que detenta el poder político está presente en esa filtración. El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación detectó que más de 330 personas, entre ellos mandatarios y representantes del estamento político, en 91 países salieron a relucir. De esos 330, 92 son latinoamericanos, es decir, casi un tercio. Para América Latina es especialmente fuerte la revelación porque hay tres presidentes con empresas en paraísos fiscales como el de Chile, Sebastián Piñera, Luis Abinader, de República Dominicana y de Ecuador, Guillermo Lasso. En esos países hubo una conmoción en la opinión pública y siguen llamando a investigaciones. Así como por ejemplo el ministro de economía de Brasil y su presidente del Banco Central, la vicepresidenta y el director del ente fiscal de Colombia. Es un claro ejemplo de cómo todo este estamento del poder político termina utilizando ese sistema. Ellos que son los llamados a eliminar o mitigar esa figura mundial son sus usuarios activos, lo cual nos deja  mucho que pensar de cómo está construido el sistema y los intereses que se mueven. En Venezuela no tenemos esos grandes nombres presentes en las filtraciones; sin embargo hay ciertos personajes que dejan ver por dónde está fluyendo el dinero de los venezolanos y en dónde pudieran estar presentes operaciones irregulares del poder político y militar.

“En Venezuela no tenemos grandes nombres en las filtraciones; sin pero hay ciertos personajes que dejan ver dónde pudieran estar presentes operaciones irregulares del poder político y militar”

Adriana Rivera

Así como ocurrió con los Panamá Papers, y ahora con esta nueva “saga” muchos nombres salen repetidos y aparecen unos nuevos, ¿usted considera que este tipo de colaboración periodística apunta a que aquellos que quieran esconder sus riquezas y cometer sus delitos financieros lo piensen dos veces o considera que pueden encontrar otros subterfugios?


El objetivo es echar un poco de luz sobre cómo funciona esta economía que se mueve en la sombra y que involucra miles de millones de dólares cuya procedencia genera dudas porque pueden venir del narcotráfico, trata de personas, contrabando, dinero de entes e instituciones públicas y sobre los cuales no hay una fiscalización de ninguna autoridad. Ese es el objetivo de un trabajo periodístico de esta magnitud. Sí puede haber subterfugios. Vemos cómo las firmas  de abogados y consultores que brindan  estos servicios ponen a sus mismos empleados a ser directores de ciertas empresas, cuando el beneficiario  real es otra persona quizás ligada a una investigación en curso en algún país por lavado de activos, por ejemplo. Se observa cómo el esquema está hecho para favorecer a los proveedores de servicios offshore que usan los nombres de personas que se repiten en cientos de empresas y eso  lo vemos en los registros públicos.  Pero cada vez que ocurre una filtración queda al descubierto cómo es la maniobra y se detecta la multiplicación del uso de los paraísos fiscales. Tenemos el caso de Bahamas, que por mayores regulaciones muchos de los dueños de empresas terminaron migrando a otros paraísos fiscales. Siempre hay alguna maniobra para esconder secretos financieros, pero esta revelación de datos ayuda a poner luz sobre eso.

Este tipo de hallazgo tiene su impacto como un mecanismo para mitigar, disminuir o desalentar la corrupción; sin embargo, vemos que muchos países como Venezuela ni se inmutan con los señalamientos…

Es lamentable que instituciones venezolanas no hagan una contraloría a personajes que tienen contrataciones públicas o que han pasado por cargos públicos y han terminado enriquecidos de una manera opaca llevando un estilo de vida más allá de las posibilidades que su actividad económica les permita. Es lamentable que sea en el poder judicial de otros países que estos casos terminen ventilándose, como es el caso de Alex Saab que ha seguido el periodista Roberto Deniz de Armando Info. Los Pandora Papers revelaron que Venezuela es el séptimo país con más propietarios de empresas en paraísos fiscales. Según la investigación, se contabilizaron 1.212 venezolanos con compañías offshore y están relacionados con unas 800 empresas. Algunos de ellos obviamente han sido escogidos bajo un criterio de interés púbico o bien porque han sido contratistas del Estado o funcionarios públicos o porque predomina un criterio periodístico. No sería posible publicar la lista de esas personas porque además a cada uno de los mencionados se les llama para constrastar la versión. Muchos de ellos cercanos al poder seguramente se sienten confiados porque en Venezuela no van a ser investigados. Pero estas filtraciones sirven precisamente para exponer las relaciones y negocios en otros países.

Hay una paradoja en el caso de Venezuela, por ejemplo en Chile se le abre una investigación al presidente y en Venezuela persiguen a los periodistas como Roberto Deniz por haber descubierto un entramado de corrupción y lavado de dinero. ¿Nos pudiera dar su visión sobre este punto?


Esa persecución a los periodistas que revelan casos de corrupción tiene que ver con la falta de independencia de  poderes que le hagan contrapeso al Poder Ejecutivo. Pero al final, en toda la región, este tipo de periodismo levanta enemistades. Colegas de otros países como Ecuador o Paraguay, por ejemplo, han estado también bajo presión o amenazados con abrirles algún tipo de expediente legal  por difamación. Este tipo de trabajo  periodístico recibe presiones del poder, sea del signo político que sea. Pero en el caso venezolano es triste que ni siquiera genere un debate público en una institución como el Parlamento. Las transacciones que hace el gobierno por diferentes vías, algunas de ellas por caminos verdes, se van haciendo más opacas y claramente atacan a los periodistas que las exponen. Y es condenable porque la libertad de prensa y de expresión permite que se expongan esos casos.  Siempre va a ser reprochable que el poder vaya en contra del periodismo de investigación. Y eso ocurre en toda la región, lo cual tiene que ver con el signo autoritario de algunos mandatarios. Los países han estado moviéndose  para desestimular el uso de corporaciones bajo esa figura, pero sigue ocurriendo. Quizás habría que mencionar que abrir una empresa offshore no es del todo ilegal. De hecho para algunas transacciones hay grandes empresas internacionales de exportación e importación que lo hacen. El problema es cuando utilizan estas redes para evadir el pago de impuestos en su país se origen  o para hacer fluir dinero obtenido de manera ilícita.

“Cuando la gente sabe que los periodistas pasan semanas y meses metidos en un registro público o con una base de datos tratando de dar con conexiones de personajes eso es valioso”

Adriana Rivera

La importancia de los Pandora Papers y en su oportunidad los Panamá Papers es que detecta los paraísos fiscales en cualquier parte, como por ejemplo en Dakota del Sur en Estados Unidos,  ¿bajo qué figura funciona esa estructura offshore?

En el caso específico de algunos estados de Estados Unidos hay registros que funcionan con mucha opacidad y no dicen claramente quién es el beneficiario final. El ICIJjunto con el Washington Post  investigó este caso para la serie de los Pandora Papers. Ellos identificaron la figura de los trust o fideicomisos que se abren en algunas de esas localidades e identificaron más de 200 que sumaban más de 1.000 millones de dólares y por lo menos 30 estaban vinculadas con compañías o personas acusadas de fraudes, pago de comisiones, o de abusos de derechos humanos. Los trust garantizan el anonimato al dueño de una empresa y los habilitadores de  esas oficinas  especializadas en dar asesorías encuentran los espacios para crear esa estructura opaca sobre todo en  Alaska, Delaware, Nevada, Dakota del Sur y New  Hampshire. En estos lugares de Estados Unidos es donde hubo la mayor filtración. En Delaware  a través de un trust una persona  se puede comprar un avión y nunca va a salir en un registro público y puede tener propiedades en otros estados con registros abiertos, pero como puede ser de un fideicomiso al final nadie sabe quién es el verdadero dueño. Es un  sistema complicado y sofisticado para ocultar el nombre del propietario. Estados Unidos, el país que más ha abierto investigaciones por lavado de dinero, tiene un problema en casa al permitir que estos registros sean tan pocos auditables.

“Genera indignación por los efectos que tiene el desvío de recursos públicos sobre la vida de millones de personas en el país”

Adriana Rivera

En el cronograma editorial participan varios países que incluso cruzan datos con involucrados binacionales y multilaterales. ¿Nos puede explicar más?

Hay toda una primera parte en cuanto a la recepción de la data filtrada que la elabora el ICIJ para estructurar los datos y hacer que esto sea legible y que pueda haber una búsqueda y arroje un resultado. Todo esto lo describe Emilia Díaz en ese artículo del cual ya me referí.  Se arma toda una estructura donde los periodistas pueden buscar y compartir entre millones de documentos. Pero la filtración es solo una parte del trabajo periodístico que hay detrás de cada historia que se publica, como en el caso de Armando.Info para el tema venezolano porque la filtración arroja un nombre, sabemos quién en el dueño de una empresa y por ahí empezamos a buscar. Entra en acción la metodología del periodismo de investigación: corroborar, indagar en registros públicos dependiendo del sector, confirmar con fuentes vivas y armar contexto sobre los personajes y casos que se están contando. Luego comienza un cruce multilateral  y multipaíses en el cual si se detecta  que hay un personaje que tiene nexos de negocio o de familia con otra nación o con otra empresa empezamos a comunicarnos a través de la plataforma del ICIJ  y así se van sumando voluntades e investigadores.

¿Cuáles son las condiciones de apoyo para que el periodismo de investigación pueda seguir alzando la bandera a pesar de las persecuciones y las amenazas?

Hay varios factores en juego. En principio que los países tengan un clima en el que se respeten los derechos civiles y humanos, en que la libertad de información y la libertad de prensa se respete y no haya retaliaciones de ningún tipo ni que los periodistas sean criminalizados y agredidos. Que los ciudadanos estén sensibilizados sobre el trabajo de los periodistas que develan hechos del interés público, que esos lectores y audiencia se enteren cómo se hace el periodismo de largo aliento. Creo que explicar cómo se lleva a cabo este trabajo es beneficioso, cuando la gente sabe que los periodistas pasan semanas y meses metidos en un registro público o con una base de datos tratando de dar con conexiones de personajes, eso es valioso.  Obviamente el clima político influye y la independencia entre poderes para que se respeten los derechos humanos, pero que los ciudadanos  se acerquen más a este agenda de investigación es extraordinario. Esto no es el olimpo, es un trabajo de hormiguitas que se hace con metodología. Se pueden tardar los efectos de la denuncia, pero al final es útil la información contenida en estos papeles porque se arrojan luces sobre lo que los poderosos quieren ocultar.

No solo como periodista, sino como venezolana consciente de los daños que la corrupción ha causado en la población en los últimos años, ¿qué piensa ante las pruebas que implican a venezolanos en hechos de la magnitud como los revelados en los Pandora Papers?

Como persona y como periodista mi primera reacción, y la de muchos de los reporteros que han estado involucrados, es de indignación por la magnitud del dinero que se mueve permitiendo ese tren lujoso de vida  en Europa, los Emiratos Árabes y en Estados Unidos. Eso  genera indignación por los efectos que tiene el desvío de recursos públicos sobre la vida de millones de personas en el país. Creo que arrojar luz sobre estos temas siempre va a sumar y la insistencia de los reporteros en develar este tipo de secretos de gente ligada al poder político y militar en Venezuela al final rinde sus frutos. El caso de Alex Saab es una muestra, así como los distintos personajes que se han cubierto a la largo de la serie desde el 3 de octubre cuando se hizo el lanzamiento internacional de los Pandora Papers. Se ha cumplido la misión de contar lo que hasta el momento los periodistas han podido corroborar y constatar. El objetivo es ir demostrando  cómo personas que manejan esos flujos de dinero a través de empresas offshore están viviendo en un mundo de lujos con grandes propiedades en varios países.

“Se pueden tardar los efectos de la denuncia, pero al final es útil la información contenida en estos papeles porque se arrojan luces sobre lo que los poderosos quieren ocultar”

Adriana Rivera

Adriana Rivera

Adriana Rivera es periodista venezolana, residente en México. Por casi una década fue reportera de trabajos especiales e investigación en el diario El Nacional. Junto al equipo de la sección Siete Días y de la Unidad de Investigación ganó el Premio Nacional de Periodismo de Investigación, el de la Sociedad Interamericana de Prensa y del PNUD, entre otros.

En México ha colaborado con medios como la revista Expansión, ha sido editora senior en portales de noticias para la región como MSN y dirige una publicación corporativa. En meses recientes se sumó como colaboradora de Armando.info para la coordinación editorial del capítulo venezolano de los Pandora Papers.


No Comments

Post a Comment