Alejandro Castro: La corrupción encarece el costo producción de los bienes y servicios entre 15 y 40%
“La corrupción obstaculiza el crecimiento económico, distorsiona la competitividad e implica riesgos legales, de reputación y financieros importantes para el sector privado, afectando principalmente a empresarios e inversionistas”, señala Transparencia Venezuela en la investigación “El impacto de la corrupción en las empresas privadas”. En Conlalupa.com conversamos de este tema con el economista Alejandro Castro Sánchez, quien habló de la importancia de que el Estado haga correctivos de manera urgente y de cómo el consumidor final termina pagando en los precios las erogaciones que hacen las empresas por concepto de coimas o cada vez que a un camión de alimentos lo extorsionan en una alcabala.
Venezuela está calificado, según el último informe de Transparencia Internacional sobre el Índice de Percepción de la Corrupción 2021, como el país más corrupto de la región ¿Como puede funcionar el sector privado en un país así?
Realmente el entorno para las empresas, debido al entramado de corrupción, es complejo. Esto los lleva a operar con costos mayores que deben ser imputados al precio final del producto o servicio que se comercialice. Este entramado va desde conseguir gasolina para un vehículo o camión de una empresa (en especial fuera de Caracas), la larga lista de impuestos que se deben pagar para que una empresa opere al día con el fisco hasta las restricciones legales en materia laboral (inamovilidad y costos asociados a contratar nuevo personal), los cuales hacen que la productividad sea difícil de mejorar. A todo esto se agregan los costos asociados a coimas o sobornos potenciales que puedan sufrir las flotas de transporte al movilizarse por la red de carreteras de la nación (alcabalas de funcionarios del Estado)..
¿Cómo afecta al crecimiento de la economía los altos niveles de corrupción?
Lo afecta en el sentido de que le resta productividad y competitividad a las empresas respecto a sus pares de la región. Por ejemplo, la conformación de una empresa que en Panamá puede llevar menos de 20 días, en Venezuela puede tomar hasta seis meses, esto debido a la serie de pasos que se deben llevar a cabo para que pueda empezar a operar. Al final esto deriva en trabas para el emprendimiento o para expandir las operaciones de las empresas ya existentes, ralentizando el potencial de crecimiento económico de la nación.
¿En materia de competitividad, ahora que el gobierno habla de exportación y de Zonas Económicas Especiales, el factor corrupción qué tanto es una piedra en el zapato para los empresarios?
La corrupción sigue siendo un tema a resolver por parte del Estado, si realmente se quiere dar un salto de calidad y mejorar tanto la producción como la productividad de las empresas en Venezuela; esto indistintamente de la puesta en marcha de las Zonas Económicas Especiales en las regiones designadas, así como incentivos arancelarios para la importación y exportación de productos. Las aduanas en el país y los procesos asociados se deben volver más expeditos y eficientes en aras de disminuir costos y apresurar estos pasos para las empresas. Si se quiere tener éxito con las ZEE, deben disminuir los procesos burocráticos y debe haber más transparencia en la gestión de gobierno, esto es clave, al menos en el mediano y largo plazo.
¿Para acceder a financiamiento qué tan determinante es la opacidad y la corrupción para los organismos internacionales al momento de aprobar fondos para el sector privado?
En la medida que haya menos trabas para que las empresas operen en el país, lo cual está atado a los trámites burocráticos y por ende del entramado de corrupción que exista en el Estado, mayores serán los incentivos para que cualquier banca de inversión internacional o ente multilateral concrete financiamientos para empresas locales. Las cuentas claras conservan amistades y negocios. Muchas veces las empresas extranjeras no invierten localmente por la cantidad de coimas que deben pagar para poder acceder al mercado nacional, esto es un fenómeno que ocurre en Latinoamérica y que lamentablemente suele ocurrir en mayor medida en Venezuela.
¿Afecta la corrupción a la empresa nacional al momento de buscar socios externos?
Sí y bastante. Es por ello que, en parte, las tasas de retorno de inversión (ROI) son tan, pero tan altas en Venezuela. Hablamos que muchas veces los potenciales dividendos de hacer negocios no tienen parangón con ningún otro país de la región, debido a los enormes riesgos asociados a invertir y operar en el país. Solo de esa manera algunos inversionistas se animan a invertir en la nación.
En algunos países la corrupción representa un incremento de 10% aproximadamente a los costos de los negocios. ¿En Venezuela se ha cuantificado este costo?
Algunas instituciones e inclusive consultoras han realizado algunos estudios al respecto y han mapeado la situación. En Venezuela y dependiendo del sector de la economía, la corrupción puede encarecer el costo del producto entre 15 y 40% y hasta 50%.. Es por ello que a raíz de esto, en parte, se hacen más caros los productos locales, aparte del tema de las llamadas economías de escala. Así es difícil competir con el resto de la región, ya sea para exportar o para producir para el mercado interno versus algunas importaciones de esos mismos productos.
¿Se han medido los costos que genera la corrupción para instalar un negocio nuevo?
Esto se puede ver de dos formas, en dinero a erogar para conformar legalmente una empresa y en tiempo (desde la idea hasta su ejecución y concreción, que también es dinero). En la medida que hay más pasos formales para concretar un emprendimiento y que el tiempo sea mayor, más serán los costos finales y que de una u otra forma va a afectar el costo total de la conformación de la empresa y a retrasar el retorno de inversión, generando incentivos a la no inversión o a desarrollar negocios “bajo sombra» o de forma ilegal. Los costos en dinero varían dependiendo del sector del negocio y el área geográfica en donde se lleve a cabo, al menos en el caso venezolano.
Cada vez es más común internacionalmente ver empresas que están combatiendo la corrupción. ¿Conoces iniciativas privadas al respecto?
La verdad no conozco casos puntuales y concretos de empresas privadas que hayan hecho pública campañas en contra de la corrupción. Lo que sí se ha vuelto más común son iniciativas privadas, a lo interno de las empresas, para mejores manejos corporativos y que deriven en mayor eficiencia, menores niveles de corrupción y por ende mayor producción y productividad. Esto es algo global y cada vez más las empresas venezolanas lo están adoptando. El tema de la automatización y las auditorías es clave para ello.
Llama la atención que los gremios han decidido guardar silencio ante temas como la corrupción por miedo a las consecuencias que esto pueda traerles. Cómo cree usted que deben manejarse ante estos temas ¿Tiene algunas recomendaciones para el sector empresarial ?
Realmente lo ideal es que estos temas se manejen con transparencia y públicamente, de la mejor manera posible. De hecho, están ocurriendo conversaciones a lo interno del gobierno y muy probablemente de cara a los gremios por la gestión de la administración pública. Lo anterior a través de un neo lenguaje para calar de la mejor manera posible con la actual administración y que de una u otra forma vaya permeando a lo interno, para que paulatinamente ocurran cambios y mejoras en los procesos. Hay algunos avances en materia legislativa y en otras aristas para poco a poco ir mejorando las condiciones de transparencia, pero aún hay un largo trecho por recorrer. Los empresarios, a través de sus gremios afiliados, deben buscar cercanía con el Estado y plantear los aspectos a mejorar, para que se hagan los ajustes necesarios.

Alejandro Castro Sánchez
Es economista egresado de la Universidad Central de Venezuela, es miembro fundador del Club de Macroeconomía de la UCV. Su experiencia profesional abarca áreas como la consultoría económica y financiera, desarrollo de startups, así como mercadeo, redes sociales y tecnologías de Voz IP.
Durante dos años se desempeñó como Regional Manager para Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia, en Telme Communications, la primera empresa de internet WiFi global. Formó parte de Econométrica IE, una de las firmas de consultoría económica y financiera más importantes en Venezuela como Gerente de Mercadeo y posteriormente en la Gerencia de Operaciones.