Marcelo Monnot: “El régimen tiene sus hitos y sus mentiras respecto a la Gran Misión Vivienda”

Marcelo Monnot: “El régimen tiene sus hitos y sus mentiras respecto a la Gran Misión Vivienda”

Marcelo Monnot, ingeniero electrónico, ex presidente del Centro de Ingenieros del estado Zulia y magister scientiarum de Ingeniería de Control y Automatización de Procesos, ha dedicado años a escudriñar la Gran Misión Vivienda, esfuerzo que lo lleva a concluir que ha habido un entramado de corrupción de grandes dimensiones en torno a ese programa social. El también auditor interno en Sistemas de Gestión de Calidad, profesor universitario e investigador habla en esta entrevista de las incongruencias entre el número de viviendas anunciadas por el Ejecutivo y el costo de las mismas

Uno de los programas bandera de la llamada revolución bolivariana es la Gran Misión Vivienda Venezuela, convertida en una compleja estructura imposible de hacerle contraloría. Usted le ha hecho seguimiento, ¿qué opinión tiene al respecto a 10 años de creado?

Estamos hablando de un monstruo de corrupción que creó Hugo Chávez en 2011 con el supuesto objetivo de darles oportunidad a los venezolanos para que tuvieran una vivienda de interés social. Le hicimos seguimiento desde el principio porque la Ley del Ejercicio de la Ingeniería, Arquitectura y profesiones afines establece en su artículo 22 que los ingenieros y arquitectos servimos como asesores al Estado y guardianes del interés público; los que construyen y diseñan todos estos sistemas de ingeniería, por lo tanto somos los formados y capacitados para hacer un debido seguimiento a estas obras. Desde el Centro de Ingenieros de Zulia (CIDEZ) creamos varias comisiones técnicas, una de ellas era la de vivienda. Lo que se buscaba era ofrecer soluciones. Lamentablemente, en los últimos años no se pudo llegar a ningún acuerdo con el gobierno de Chávez y mucho menos con el de Nicolás Maduro con respecto a las posibles alternativas que podíamos compartir para dar una mejor calidad de vida a los venezolanos mediante ese plan. Por la forma como se estableció la Misión Vivienda la contraloría que habría que hacer es muy compleja porque se crearon institutos, muchos de los cuales ya no existen y hay algunas alianzas internacionales pero no se tiene una contraloría ni garantía alguna de transparencia. Hay muchas contradicciones. Se trata de un proyecto que la mayoría de los países lo llevaría a cabo de manera transparente y con una respuesta efectiva en su culminación, pero en Venezuela se volvió un gran caso de corrupción.

La Cámara Inmobiliaria habla de unas 88.000 viviendas por año en el mejor de los casos, cifras que más o menos coinciden con nuestros estudios en el Colegio de Ingenieros

Marcelo Monnot

Cada cierto tiempo desde la Presidencia se anuncian hitos, más que metas, de construcción y entregas, y esos anuncios van acompañados de ingentes cifras de inversión, aunque en los últimos años ese dato dejó de darse. ¿Qué puede ser real en todo esto?

En la página de la Vicepresidencia de la República están todos esos hitos. De 2011 a 2012 dijeron que construyeron 350.000 viviendas.  En 2013 y 2014 esa cifra se elevó a 600.000. Luego para 2015 ya se hablaba de la edificación de más de un millón de soluciones habitacionales. Para 2016, según esos datos oficiales,  se habían acumulado 1.350.000 unidades y en 2017 se  anunció la adjudicación de la vivienda 1.500.000. Según los datos del Ejecutivo, para finales de este último año se habían levantado 1.800.000 viviendas. Llegó 2018 y el gobierno informó que dentro del programa estaban construidas 1.900.000. En 2019 la cifra de 3 millones  se asoma como una realidad para las autoridades. Y en 2020 fue develado  el hito de 3.100.000 viviendas. Para culminar, en esa página oficial, se indica que en 2021 se entregó la vivienda 3.500.000 en Yaracuy. Ahora bien, el régimen tiene sus hitos y sus mentiras bien claras. Nosotros hicimos una investigación y un análisis donde se demostró que había mucha incongruencia en las estadísticas gubernamentales. En ese estudio determinamos, con nuestros datos y con los aportes de la Cámara Inmobiliaria y Construcción, que es imposible que Maduro y el pasado gobierno de Chávez hayan construidos esas 3.500.000 viviendas. La Cámara Inmobiliaria habla de unas 88.000 viviendas por año en el mejor de los casos, cifras que más o menos coinciden con nuestros estudios.

En 2016 Maduro habló de una inversión de $95.000 millones para construir 1.160.000 viviendas, pero ese monto debió situarse, de acuerdo con la realidad de costos, en $25.317 millones, lo que arroja una diferencia de casi $70.000 millones que nadie sabe dónde están

Marcelo Monnot

También hay discrepancia entre cantidad de obras ejecutadas y montos de construcción, ¿cómo se explica esa incongruencia?

Aquí comienza el meollo del asunto. Ellos manejan muchas incongruencias al momento de anunciar los hitos de construcción y de inversión. El 8 de mayo de 2016 la agencia oficial de noticias AVN dijo que se construyeron 1. 022.829 viviendas con una inversión de 73.000 millones de dólares. Pero en octubre del mismo año Nicolás Maduro habló, en una conferencia de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo,  que la inversión eran 95.000 millones de dólares para construir 1.160.000 viviendas. Entre lo que anunció el gobierno en mayo versus lo que dijo en octubre hay varias cosas que precisar: para mayo de 2016, de acuerdo con esos datos, cada vivienda salía en 71.370 dólares. En octubre 2016, con el nuevo monto señalado por Maduro, el valor de la vivienda aumentó a 81.896 dólares. Entre el número de viviendas construidas entre mayo y octubre se refleja una diferencia de 137.171 unidades. Si recordamos el monto señalado por Maduro en octubre de 95.000 millones de dólares a lo cual se le restan 73.000 millones de dólares anunciados en mayo, eso arroja una diferencia de $22.000 millones; si este último monto se divide entre las 137.171 unidades adicionales que supuestamente se edificaron en 5 meses se deduce que cada una terminó costando 160.000 dólares.

¿Cuánto debería costar una vivienda de interés social de acuerdo con los referenciales internacionales?

Para 2016 una vivienda de interés social, de acuerdo con el promedio internacional, costaba aproximadamente  45.000 dólares. Es decir, en nuestro caso, se ve claramente que hay un sobreprecio en la Gran Misión Vivienda según el estándar técnico a escala mundial. Y eso se agrava porque cuando se analiza todo lo que implica la construcción de  una vivienda de interés social hay muchos pasos en un check list que no fueron considerados ni por Chávez ni por Maduro. Los estándar internacionales establecen que el terreno representa 7% del valor de cada vivienda, los impuestos 5%, el financiamiento 10,5%, la utilidad de promotor 15%, promoción venta 3%, urbanismo 22% y el costo de construcción 37,5%. Para la GMV los terrenos no se pagaron, fueron expropiados, no se cancelaron impuestos, no hubo una construcción de urbanismos, tampoco un precio-venta, ni una utilidad de promotor. Cuando se  hace un avalúo el gobierno tenía exonerado 51,5%% del costo total.  Y si nos vamos al promedio de lo que cuesta una casa de este tipo en el plano internacional  ($45.000) y se le quita ese 48,5%, porcentaje del costo real, cada unidad de la GMV debió costar $21.825. Repito, Maduro habló de una inversión de 95.000 millones de dólares para construir 1.160.000 viviendas, pero ese monto debió situarse, de acuerdo con la realidad de costos, en 25.317 millones de dólares, lo que arroja una diferencia de casi 70.000 millones de dólares que nadie sabe dónde están.

Tuve la oportunidad de revisar las comisiones técnicas de la GMV y recibía estudios, evaluaciones, estadísticas y opiniones de expertos, y no hubo ninguna obra ni ninguna área de la ingeniería que fuese exitosa. En cada una lo único que se percibe es corrupción

Marcelo Monnot

La falta de transparencia en cifras y datos oficiales han caracterizado este programa social, por lo que surgen dudas sobre el alcance de las personas beneficiadas; sin embargo, el régimen insiste en que sigue ejecutando ese programa y asegura que con las entregas del primer trimestre de este año ya superó las 3 millones 500 mil viviendas entregadas. ¿Cree que eso es posible  y podría llegarse a las 5 millones?

Nicolás Maduro dijo el 16 mayo de 2019 que “si hablamos de 5 millones de viviendas estamos hablando de más de 20 millones de personas (promedió 4 personas por vivienda); es decir, 70% de la población estará viviendo en 2025  en una unidad construida en la GMVV”. La mentira mayor es que dice que para dentro de 4 años van a tener esa cantidad. Las estadísticas revelan que en 2007 se tenía en el país una producción de acero líquido de Sidor de 4,3 millones de toneladas. La GMV se inició en 2011-2012 cuando se tenían 1,8 millones de toneladas de acero líquido, y en esa época solo se pudieron construir 350.000 viviendas (según datos del régimen). Ahora bien, en 2016 la disponibilidad de esa materia prima fue de 0,50 millones de toneladas de acero líquido. Obviamente, sabemos que esa industria está en el piso.  Con qué cabillas y con qué materias primas se edificaron esas viviendas si la producción nacional de cemento (según Cedice y la Cámara de la Construcción) bajó desde 2007 de 10,2 millones de toneladas a 2015 con 5,9 millones de toneladas; es decir, 42% menos en plena ejecución de ese plan de infraestructura. Si el gobierno dice que hubo una producción de 3.500.000 viviendas en 17 años, ¿Cómo es que con menos cemento y menos cabillas  se van a superar las metas? Esas expectativas son imposibles de cumplir.

“Se ve claramente que hay un sobreprecio en la Gran Misión Vivienda según el estándar técnico a escala mundial de construcción de viviendas de interés social”

Marcelo Monnot

A la caída de la producción de cemento y acero lo que está a tono con el indicador de infraestructura de la Cepal es la fuerte contracción de la economía, y el régimen agrega un argumento adicional: las sanciones, ¿qué opina?

Las sanciones de Estados Unidos es un tema político del cual el régimen le quiere echar la culpa de las fallas y fracasos de todos estos programas. Pero esa teoría se cae por sí sola, porque en 2007 –que fue el pico máximo de la producción de acero líquido– no se construyeron viviendas y para ese año no existían las sanciones y se tuvo un barril de petróleo elevado; entonces por qué le atribuyen los fracasos a las sanciones, cuando se dio la caída en la producción de cemento estas no existían. Eso ha venido bajando antes que se dieran esas decisiones de EEUU. Todo ha sido producto de las malas políticas del régimen que no quiere reconocer públicamente que las empresas están caídas y no se cuenta con un talento humano para desarrollar este tipo de infraestructura. Ahora se le echa la culpa a un tercero o a una pandemia llamada Covid. Las estadísticas son claras, antes de las sanciones y el coronavirus esos programas estaban en el piso.

Algunos especialistas han señalado que no resulta idóneo la construcción de viviendas públicas mediante programas como la Gran Misión Vivienda debido a su gran costo y el fracaso de esa estrategia por la corrupción que la ha caracterizado, ¿qué opina?

Totalmente de acuerdo con ese criterio. Todas estas obras anunciadas por Chávez y Maduro han resultado ser un total fracaso. Tuve la oportunidad de revisar las comisiones técnicas y recibía estudios, evaluaciones, estadísticas y opiniones de expertos, y no hubo ninguna obra ni ninguna área de la ingeniería que fuese exitosa. En cada una lo único que se percibe es corrupción. No existe un elemento por el que podamos decir que ellos deben continuar. Todos estos sistemas de beneficios sociales  han sido un caos y deben ser paralizados inmediatamente y reorientados. En lo único que han sido exitosos es en la aplicación de un modelo cubano que lo han aplicado a la perfección y les ha resultado.

Las irregularidades de la Misión Vivienda han tenido alcance internacional con empresas de más de 10 países involucradas. ¿Usted cree que hay manera de seguirle la pista a ese entramado de corrupción?

Seguir las pistas es muy complicado. Sabemos las irregularidades en base a sus mismas declaraciones porque no hay transparencia en la construcción de viviendas ni en los números de lo construido ni en las inversiones. Sabemos la gran escala de corrupción que se ha manejado, pero no tenemos datos específicos, y con los países que han hecho alianzas son parte del mismo modelo cubano, como China, Rusia, Irán, Turquía, entre otros. Han sido señalado de ser aliados de Maduro, entonces no creo  que vayan a suministrar mayor información para denunciar y determinar el nivel de corrupción. Las alianzas internacionales que se hicieron lo único que nos pueden decir es que la ola de corrupción sobrepasó los límites venezolanos  y si estos países no tienen un rumbo político distinto difícilmente podemos conseguir todos estos datos. Entes creados para llevar a cabo este plan fueron eliminados y borrados. Hoy no existe  un antecedente para decir por aquí podemos comenzar  y hacer una investigación. Muchos ministerios y personas involucradas ya no están. Bancos creados para este fin igual fueron eliminados. Cualquier cantidad de organismos donde ellos mismos en sus rotaciones armaron esa tramoya para evitar contraloría y seguimiento. Por sus mismas declaraciones es que hemos sacado las estadísticas.

¿Y para hacer contraloría, por dónde empezar?

A través del Colegio de Ingenieros del estado Zulia y del Centro de Ingenieros del estado Zulia, la Contraloría que hacíamos a la Misión Vivienda era por medio de colegas que estaban en la industria de la construcción y nos suministraban datos, pero oficialmente no se encuentra información por parte del régimen  ni tampoco del  Banco Central de Venezuela o algún otro ente. Sabemos que el Estado maneja los datos a su conveniencia, la poca contraloría la hacíamos en base a los recursos disponibles, mas no son estadísticas 100% confiables por las contradicciones de ellos. Creo que con un posible cambio político en Venezuela pudiéramos iniciar, con algunos documentos y  la poca información que debe haber en algunos archivos  de los ministerios, una contraloría verdadera. Esa debe iniciarse a partir de las denuncias que ya están hechas. Hay muchos documentos en la Asamblea Nacional de 2015, denuncias de las cuales no se pudieron iniciar las averiguaciones por la falta de cooperación de los funcionarios públicos de Maduro.

¿Qué características debería tener un programa social de viviendas idóneo y transparente?

Lo ideal es que se cumplan todas las especificaciones técnicas establecidas en Venezuela y los estándares internacionales a fin de lograr el éxito en todos estos programas sociales. En el caso de la Gran Misión Viviendase debería contar con un porcentaje de adquisición de terrenos, impuestos, financiamiento, estudios técnicos, desarrollo de urbanismos, escuelas, parques, etcétera, todos los estudios técnicos necesarios tomando todos los factores del entorno y no como se hizo que desviaban algunos colectores y tuberías para abastecer de agua a las nuevas casas. Cuando se planifican los proyectos y se consideran todas las variables para este tipo de desarrollos de ingeniería resultan programas exitosos que dan bienestar y progreso a la población. Todo tiene que ir a la par. Por ejemplo, en Estados Unidos cuando se hace un desarrollo habitacional  entra en acción un urbanismo completo: hospitales, parques, mercados,  escuelas, bancos, sistemas de ingeniería de servicios como agua, luz, telecomunicaciones, etcétera. Se debe tomar en cuenta la opinión técnica, y no la política, para no construir viviendas en terrenos con fallas activas, entre otros aspectos. Otra de las cosas que detectamos en la Gran Misión Viviendaes que se incluyeron materiales no idóneos, por ejemplo, tipos de cemento utilizados para el frisado que se usaban para  vaciados de columna. En fin, la falta de planificación y la corrupción hicieron que esto fuera un caos.


Marcelo Monnot

Marcelo Monnot es ingeniero electrónico. Profesor universitario de pregrado y postgrado, investigador, consultor empresarial, asesor y conferencista. Magister scientiarum en Ingeniería de Control y Automatización de Procesos.  Ex presidente del Centro de Ingenieros del Zulia (CIDEZ) y ex presidente de la Sociedad de Ingenieros Electricistas y Electrónicos del  Zulia (SIEEEZ)

Estuvo en la gerencia del Instituto Internacional de Gestión para el Desarrollo, INGEDESA, y participa en la ONG Junior Chamber International. Como directivo está en la Cámara Junior de Zulia (JCI), en la Fundación Ecológica Manatara y en la Fundación Venezuela 180 grados

Actualmente trabaja en Total Electrical Solutions Corp. y preside la consultora Monnot Consultants, Inc.

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