
Mercedes De Freitas: “Reconstruir el sistema de justicia es el primer paso para combatir la corrupción”
La directora ejecutiva y fundadora de Transparencia Venezuela afirma que el país se cuenta entre las naciones con mayor percepción de corrupción. Refirió que en los sistemas de justicia de 21 países se están procesando 108 causas de corrupción venezolana que involucran montos tan extraordinarios de miles de millones de dólares que no tienen parangón en la historia de la corrupción mundial. Considera que el gran reto es que cada venezolano entienda que es trabajo de todos enfrentar este flagelo
Venezuela ha sido secuestrada por la Gran Corrupción, y Transparencia Venezuela lo ha documentado. ¿Qué significó 2021 en materia de corrupción para los venezolanos?
La Gran Corrupción significa un gran daño para los venezolanos en cualquier momento. En 2020 continuó implementándose ese patrón que en Transparencia Venezuela hemos identificado y que se construyó con sus elementos básicos a partir de 2003 con la creación del control de cambio y de precios, el inicio de las confiscaciones y expropiaciones que tuvo su boom en 2007, el control del sistema de justicia, la pérdida del Estado de Derecho y la separación de poderes públicos. Ahora bien, ese patrón de la Gran Corrupción se conoció un poco más en 2021. Sólo en el exterior en los sistemas de justicia de 21 países se están procesando 108 causas de corrupción venezolana que tienen involucrados montos extraordinarios de miles de millones de dólares sin parangón en la historia de la corrupción en el mundo. Esto se conoce un poco más como causa de la Emergencia Humanitaria Compleja que vive Venezuela debido a la destrucción del esquema de producción, del sistema eléctrico, la falta de agua y a todas luces el deterioro del sistema sanitario. Y en ese contexto hasta en las áreas más afectadas como alimentación y salud se sigue utilizando la crisis para seguir robando, como ocurre con los CLAP. Es una corrupción en todos los niveles que ahora se investiga no solo en Transparencia Venezuela, sino en los sistemas de justicia de otros países. Creo que lo más importante es resaltar que la Gran Corrupción sigue estando presente porque existe un pequeño sector con control del poder aprovechándose de los recursos públicos, a pesar de que es evidente el daño terrible que ha llevado a que más de 6 millones de ciudadanos hayan salido del país y las estadísticas comenzaran a reflejar la pobreza extrema.
Varios rankings revelan la mala calificación que constantemente saca Venezuela en materia de corrupción a pesar de que las autoridades prometen en escenarios internacionales, como el Compromiso de Lima, luchar para combatirla. ¿Usted cree que en algunos ámbitos o escalas ha habido algún tipo de iniciativa real que demuestre voluntad política por frenar estos hechos, ha habido algún trabajo, al menos se han generado documentos por parte del régimen?
Tristemente tenemos que responder que no. Nosotros hemos estado pendientes porque además nos interesa mostrar sí se ha hecho algo bueno. Los espacios donde deberían aparecer buenas noticias no ocurren. Por un lado la Fiscalía General de la República tiene una larga lista de casos de corrupción abiertos de los cuales sabemos que están acusadas personas que son de bajo rango en la gestión pública o han cortado relaciones con el presidente Maduro; es decir, son considerados traidores en el lenguaje que usa el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) para referirse a sus enemigos, como pasó por ejemplo con Rafael Ramírez, entre otros. De igual manera, los casos tampoco avanzan. Por otro lado en las fiscalías del mundo que están investigando los casos de corrupción de Venezuela han enviado rogatorias o solicitudes de información al Ministerio Público, pero no han recibido respuesta. Ninguna de las solicitudes de Argentina, México, España etcétera han sido respondidas, con lo cual eso ha causado que por ejemplo en Ecuador y Argentina se hayan cerrado casos ante la falta de respuesta de la contraparte venezolana.
“Desde la estructura del Estado no hemos visto la menor señal de querer iniciar procesos de gobierno abierto en la gestión pública”
Mercedes De Freitas
En los esfuerzos como marco legal con la aprobación de nuevas leyes tampoco tenemos buenas noticias. Se aprobó recientemente una Ley de Transparencia de Acceso a la Información Pública que no es tal, más bien se trata de una ley de opacidad. La propuesta de ley que estaba considerada por la Asamblea Nacional de 2015 era completa, basada en estándares internacionales que consideraba todos los elementos necesarios para garantizar ese derecho. Sin embargo, la aprobada por este Parlamento tiene apenas 13 artículos en vez de casi 100 que tenía la otra propuesta y además le da al funcionario de turno la posibilidad de entregar información o no. Ese nivel de discrecionalidad lo que hace es que los funcionarios públicos, en su conjunto, van a negar informaciones aduciendo que no es de interés público. Aumenta la discrecionalidad de algo que nos pertenece porque los acuerdos internacionales firmados por Venezuela y en la propia Constitución se garantiza ese derecho: toda información pública, en cualquier formato, en cualquier tema del Estado, es propiedad de los venezolanos. Por otro lado, la aprobación de la Ley contra el Odio restringe la crítica, la posibilidad de hacerle seguimiento, auditorias y control ciudadano al Estado porque levanta la bandera del ataque al honor del funcionario. Así que tampoco tenemos buenas noticias en contratación pública. Informes de gestión como las Memorias y Cuenta que no se publican desde 2015, salvo dos ministerios que lo hicieron hasta 2017. En fin, hay suficiente elementos para señalar que el Estado venezolano no ha hecho ningún avance en su lucha contra la corrupción, por el contrario, la ha venido profundizando.
Un total de 328 personas que ostentaron cargos como funcionarios y contratistas en Venezuela están en el radar de la justicia internacional por manejos irregulares de fondos públicos en el país desde 2006, pero solo a 15 de ellos se les sigue una investigación local. ¿Seguirá siendo la justicia de otras naciones la que le haga el trabajo a Venezuela de investigar los entramados de corrupción?
Parece que sí, contamos más con la justicia de otros países que con la justicia venezolana. Nosotros creemos que el trabajo más importante que se debe hacer o el primer paso, no solo en la lucha contra la corrupción sino en la defensa de los derechos humanos y el Estado de Derecho, es que se logre reconstruir un sistema de justicia que no tenemos, el cual debe ser independiente y apegarse a los principios y las leyes. Creo que por un buen rato vamos a ver que los procesos fuera de Venezuela estarán haciendo justicia por nosotros.
¿Se han detectado nuevos patrones de corrupción, nos pudiera decir cuáles destacan y en ese contexto en qué lugar del ranking de Transparencia está ubicado Venezuela, cómo ha sido la evolución/involución de los últimos?
Los patrones o los mecanismos de corrupción son los mismos: sobornos, sobreprecio, extorsión, aprovechamiento de información confidencial o privilegiada para hacer negocios y contratar a los amigos. Lo que han cambiado son los espacios donde se hacen negocios. Por ejemplo, hasta hace poco uno que daba grandes beneficios era el contrabando de gasolina, una actividad que controla el Estado venezolano. Algunas personas con mucho poder podían sacar grandes cantidades de gasolina y venderla en Colombia, con lo cual ganaban mucho dinero, un negocio atractivo más que las drogas por el diferencial de precios. Ahora el negocio es al revés, es traer gasolina bachaqueada de afuera y eso también está en manos de personas que tienen poder en algunos sectores en la frontera. Se supone que cada una de las gasolineras son custodiadas por el Estado, y ahí vemos algunos rasgos de pequeña corrupción en las estaciones de servicio donde están algunos militares que dejan pasar a personas por una tarifa para favorecerlas en la cola o venderles el combustible fuera de ese recinto.
“Las investigaciones son vitales en la lucha contra la corrupción. Hacer investigaciones serias, profundas con metodología probada y con verificación es fundamental para lograr información que niega el sector público”
Mercedes De Freitas
“Venezuela está entre los cinco países percibidos como más corruptos de los 180 evaluados por Transparencia Internacional y es el primero de América Latina”
Mercedes De Freitas
Otro sector es la minería de oro, coltán, diamante y sectores como alimentos que a pesar de la crisis siguen cometiendo actos de corrupción. Todo esto nos lleva a que los datos en los que aparece Venezuela en el Índice de Percepción de Corrupción siempre son pésimos desde hace muchos años. Venezuela está entre los cinco países percibidos como más corruptos de los 180 evaluados por Transparencia Internacional y es el primero de América Latina, según ese índice en 2020. El próximo índice sale en enero y no tenemos motivos para pensar que esto haya mejorado, por el contrario, cada vez hay más corrupción. Incluso, Nicolás Maduro tratando de explicar por qué habían perdido tantas alcaldías en las elecciones decía que era porque había mucha corrupción
Las organizaciones civiles en Venezuela han denunciado los temas de corrupción de manera más sistemática. ¿Considera que la sociedad civil ahora es más consciente de que esta situación afecta de una manera amplia la calidad de vida?
Diría que sí, porque recibimos más denuncias, hay mucha más gente que se preocupa por el tema de la corrupción. En la Coalición Anticorrupción hay 923 organizaciones trabajando. Sin embargo, no estoy segura que para la gran mayoría esté tan claro el tema, sobre todo porque generalmente la gente es testigo o víctima de la corrupción. Por un lado a muchos en Venezuela no les cuesta pagar para obtener un beneficio, ni siquiera se lo plantean como un delito, pagan para vacunarse, para sacar el pasaporte, para obtener un permiso, una licencia o un contrato y no ven el daño que se hace al nutrir esas redes internas de corrupción en la administración pública. Pero es verdad que hay otros que se sienten víctimas, si no pagan no les dan la caja CLAP, por ejemplo, y así. Quizás lo más perverso de esta Gran Corrupción que ha permeado todos los noveles es que nos han convertido en víctimas o en partícipes de ella. Además, estamos indefensos porque no hay un organismo adonde acudir que realmente responda y proteja. Aunque la gran tarea es construir instituciones que acaben con la impunidad, que obliguen y regulen al Estado a rendir cuentas, la verdad es que en paralelo cada uno de los venezolanos tenemos que ser conscientes de vernos como participes de ese terrible mal y decir ‘¡Ya basta!: no pago más, no participo más’. Es tratar de hacer de nuestra vida cotidiana una forma distinta de relacionarnos con lo público de manera más consciente de cada paso que damos y el impacto que puede tener en la comunidad y ver los daños que se causan.
“Nuestra meta es que cada venezolano entienda que su participación pequeña o grande en casos de corrupción crea elementos de destrucción de lo público y es parte responsable de la crisis”
Mercedes De Freitas
En diversos foros usted ha señalado que un sistema de gobierno abierto iguala a todos los ciudadanos para acceder y obtener algún servicio público porque no prevalece el amiguismo ni la corrupción, y hacia allá debemos ir, por lo que las autoridades deben mejorar la conectividad. ¿Con los recursos que existen actualmente en Venezuela cree que hay algún indicio de voluntad política para mejorar la gestión de gobierno abierto?
La verdad que desde la estructura del Estado no hemos visto la menor señal de querer iniciar procesos de gobierno abierto en la gestión pública. Algunas alcaldías, muy pocas, estuvieron trabajando y haciendo esfuerzos, como en Mérida y Táchira. Ahora tenemos la oportunidad con nuevos alcaldes de invitarlos nuevamente a que consideren hacer la gestión para la gente en la medida de sus posibilidades, porque sabemos que no tienen dinero. Pero quizás hacerlo aunque sea con una tecnología básica podría hacer la diferencia en una gestión efectiva y comprometida con los ciudadanos, y sobre todo protectora de lo público. Ahí tenemos una esperanza con estos nuevos alcaldes que acaban de ganar las elecciones regionales.
Terminamos el año con informaciones como los Pandora Papers que revelan, entre otras cosas, cómo el régimen y su entorno insisten en prácticas corruptas pese a las consecuencias que esto ha tenido y podría seguir teniendo. ¿Qué opina de estos aportes periodísticos?
Las investigaciones son vitales en la lucha contra la corrupción. Hacer investigaciones serias, profundas con metodología probada y con verificación es fundamental para lograr información que niega el sector público. Las investigaciones de las organizaciones de la sociedad civil, del periodismo de investigación y de la academia son clave porque hacen la diferencia en Venezuela. Además, nos están obligando a innovar, hacer cosas distintas porque no tenemos las oportunidades que tienen los investigadores en otras partes del mundo. Así que revelar información sólida y verificada es uno de los grandes aportes que podemos hacer desde estas áreas.
No es solo corrupción en las finanzas, también lo es a la hora de abordar la vacunación contra la pandemia, los proyectos que dañan el ambiente y abusos sistemáticos a los derechos humanos. Son muchas aristas desde donde se observa la Gran Corrupción en Venezuela, es como un rompecabezas en el que en muchos casos los ciudadanos se involucran incluso sin darse cuenta o lo normalizan, pero faltan muchas piezas por descubrir. ¿Cuáles son los aportes y los retos de Transparencia Venezuela para seguir visibilizando este problema?
Los retos de Transparencia Venezuela son infinitos porque la corrupción en el país no tiene límites, es sistémica, está en cada una de las áreas y de los sectores. Es muy raro encontrar que algún ente funcione sin abuso por parte del sector público y de los funcionarios. Nuestra meta principal es que cada venezolano entienda que su participación pequeña o grande en los casos de corrupción crea elementos de destrucción de lo público y es parte responsable de la crisis. Esa pequeña contribución en la red de corrupción está alimentando la Gran Corrupción. Hay un sistema perverso donde unos se quieren aprovechar de lo que es de todos, pero todos al final quieren tener algún beneficio por encima de los demás. Muchos venezolanos tienen una visión muy corta y quieren tener las cosas ya porque no saben qué va a pasar mañana. Y en esa falta de visión de mediano y largo plazo el gran responsable ha sido el sector público que en los últimos años ha destruido ilusiones y las posibilidades de desarrollo. En Venezuela se acabó el ascenso social a través de la educación, una dinámica que vivió gran parte de los venezolanos. El sector público que tenemos hoy no está construyendo futuro, sino que nos hace vivir el día a día. Nuestro trabajo es hacer que cada uno de los venezolanos exija liderazgo para que los funcionarios respondan a los reclamos y no se aprovechen de la cosa pública. //

Mercedes De Freitas
Estudió Historia en la Universidad Central de Venezuela y realizó programas de Especialización en Gerencia, Desarrollo Organizacional en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y Gerencia Efectiva de Organizaciones No Gubernamentales, en Queensland University, Brisbane, Australia.
Fundadora y directora ejecutiva de Transparencia Venezuela, miembro de la Junta Directiva de Transparencia Internacional en el período 2014-2017. Desde 2016 fundadora y directora de Vendata. En 2017 promovió y dirigió la plataforma de capacitación en línea en temas de transparencia, justicia, integridad y anticorrupción CampusTransparencia.com, y en 2019 la plataforma de verificación de noticias y discurso Espaja.com. Impulsó la creación del movimiento nacional Coalición Anticorrupción.
En 2019 recibió el Premio Anual Líder Anticorrupción de Americas Society/Council of the Americas.