
Casas de abrigo en Venezuela: una deuda para las sobrevivientes de violencia de género
La legislación en Venezuela compromete al Ejecutivo Nacional, Estatal y Municipal a crear una casa de abrigo “en cada una de sus dependencias” para las víctimas de violencia basada en género que corren un peligro inminente, pero el Estado ha fallado en crear estos refugios y garantizar su operatividad. En la siguiente investigación periodistica Crónica.Uno pone al descubierto la situación.
ugenia* cruzaba la calle hacia su residencia cuando vio de reojo a su exnovio. Echó a correr: estaba segura de que si él la alcanzaba, la golpearía de nuevo. Logró entrar a su edificio y cerrar la reja. Por más que él la sacudió y pateó, no logró abrirla. Comenzó a insultarla y, antes de irse, lanzó unas piedras y rompió las ventanas del apartamento de Eugenia, ubicado en la planta baja.
—¡Es la segunda vez que te me salvas!— gritó él antes de irse. Dos días atrás había intentado apuñalarla.
En ese momento, ella comprendió que ya no podía postergarlo: tenía que salir de allí, su hogar ya no era seguro.
Para las sobrevivientes de violencia basada en género que corren un peligro inminente o amenaza a su integridad física, y no tienen a dónde ir, la legislación venezolana contempla políticas de prevención y atención que incluyen su estadía temporal en casas de abrigo, espacios confidenciales y seguros que brindan atención especializada, apoyo y empoderamiento. Sin embargo, el Estado ha fallado en crear refugios suficientes y garantizar su operatividad.
La Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia compromete al Ejecutivo Nacional, Estatal y Municipal a crear una casa de abrigo “en cada una de sus dependencias”, pero desde que la normativa entró en vigencia en 2007 solo se anunció la creación de cinco instituciones de este tipo en el territorio nacional, compuesto por el Distrito Capital, 23 estados y 335 municipios.
En total se inauguraron siete casas de abrigo en el país desde 2001 a la fecha, de las cuales una está operativa, otra “en mantenimiento” y el resto inactivas, según arrojó un monitoreo realizado por Crónica.Uno a través de la revisión de las memorias y cuentas del Ministerio de la Mujer, declaraciones del Gobierno ante organismos internacionales, informes de organizaciones no gubernamentales, notas de prensa y entrevistas a expertas y activistas.
La creación y funcionamiento de casas de abrigo es un reclamo recurrente del movimiento feminista venezolano, en un país donde ocurrieron al menos 290 femicidios en 2021 y 62 en los primeros tres meses de 2022, según el Centro de Justicia y Paz (Cepaz). La urgencia de instalar estos refugios escala en un contexto de impunidad donde las fallas en la recepción de las denuncias, la recopilación de elementos probatorios y el retardo procesal son los principales obstáculos para lograr la condena de los victimarios, como expuso Crónica.Uno en el reportaje Sobrevivientes de violencia de género sin justicia.
Las expertas consultadas para este trabajo reclaman la falta de coherencia entre el discurso oficial y la protección real a las víctimas de violencia basada en género. Advierten que esta actitud y el incumplimiento de sus promesas de crear y reactivar las casas de abrigo existentes no solo contraviene la normativa local sino los convenios internacionales suscritos por el país.
Ofelia Álvarez, directora de Fundamujer, reitera que la falta de garantía de refugios pone en riesgo la vida de las víctimas. “Otras medidas de protección son relativas porque el hombre las puede violar y simplemente matar a la mujer”, señala. Yolima Arellano, directora del núcleo andino del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, coincide y cuestiona que no hay una protección sólida, en parte, por la falta de capacitación de las y los funcionarios para orientar y brindar apoyo a las sobrevivientes.
Mientras tanto, organizaciones no gubernamentales intentan llenar los vacíos que deja el Estado. Desde abril de 2021, la ONG Tinta Violeta puso en funcionamiento una casa de paso, un pequeño refugio que aloja a sobrevivientes de violencia basada en género por un lapso no mayor a 15 días.
Para este trabajo Crónica.Uno envió solicitudes de información al Ministerio de la Mujer, el Instituto Nacional de la Mujer, el Ministerio Público, la comisión de género del Tribunal Supremo de Justicia y Viceministerio del Sistema Integrado de la Policía Nacional Bolivariana y la Defensoría del Pueblo. Además, acudió a las sedes de estas instituciones y solo un departamento de Inamujer accedió a una entrevista; sin embargo, durante la conversación se negaron a responder las preguntas sobre la situación de las casas de abrigo para mujeres en el país.
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