
Prisiones venezolanas: Repúblicas independientes del crimen
El sistema carcelario de Venezuela ha estado marcado por la corrupción, la violencia y el abandono estatal. Esta realidad consolidó la formación de estructuras criminales complejas que traspasaron los barrotes y las fronteras, revela una investigación periodística de runrunes.es
Un equipo de Runrunes y @CONNECTAS ingresó a varias prisiones venezolanas para investigar las dinámicas y el funcionamiento de siete cárceles gobernadas por pranes, que están en seis estados del país. Estos presos son jefes criminales que han constituido estructuras de delincuencia organizada de alcance continental, como el Tren de Aragua.
La investigación, que tomó casi un año, muestra cómo las cárceles de Tocorón, Tocuyito, Vista Hermosa, Puente Ayala, Trujillo, El Dorado, y el desaparecido Retén de Cabimas (un centro de detención preventiva que fue cerrado en octubre de 2021) están bajo el control de los pranes, pese a que en las áreas externas hay presencia de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Una serie de visitas a las prisiones estudiadas, además de entrevistas con privados de libertad, exreclusos, familiares, funcionarios policiales y defensores de derechos humanos revelaron que desde las prisiones se coordinan y ordenan más de una docena de delitos: narcotráfico, microtráfico de drogas, minería, contrabando de alimentos, secuestro, delitos informáticos, estafa, extorsión, sicariato, tráfico de armas, robo, trata de personas y tráfico de migrantes.
Los pranes se convirtieron en “empresarios” y “comerciantes” que también obtienen rentas de actividades tan diversas como la venta de agua, la cría de cerdos, la comercialización de alimentos, el cobro de entrada a los familiares de los privados de libertad para ingresar a los penales, y la organización y promoción de eventos deportivos.
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