La llegada de la Navidad es un espacio para distintas tradiciones y costumbres que tienen lugar en muchas partes del mundo. El 21 de diciembre se celebra, la llegada del solsticio de invierno, momento en el cual el planeta tierra se encuentra más alejado del sol.
De manera que ese día entre las 10 y las 12 de la noche, desciende sobre la tierra el espíritu de la navidad, y visita a todas aquellas personas de buena voluntad; fecha en la cual se suelen realizar rituales y tradiciones en familia.
Lo cierto es que el ser humano es una mezcla de emociones y racionalidades, pero en esta crisis total del país, hemos perdido el equilibrio; dejamos de tener emociones y se ha producido una clara ausencia de racionalidad.
Por eso en estas navidades es el momento propicio para invocar el espíritu de la navidad y expresar los deseos que queremos ver cumplidos en el año 2023, retomando la fe como decía Picón-Salas hace medio siglo, para lograr construir el país que todos deseamos.
Venezuela necesita hoy una verdadera transformación cultural con los sustentos más arraigados de su identidad contemporánea y de su formación actual como pueblo, sin los cuales no podremos como Nación enfrentar un mundo presente y futuro cada vez más difícil, conflictivo y competitivo.
¿Algunas de las cosas que podríamos pedir los ciudadanos?
- Elegir a quienes nos puedan garantizar justicia, paz, tolerancia, concordia y progreso sostenido.
- Ver fortalecido el equilibrio fiscal, el empleo con salario digno, el crecimiento suficiente, un sistema legal que nos genere justicia pronta y cumplida, y seguridad ciudadana.
- Volver a una educación de calidad que evite la marginalización como individuos y como sociedad.
- Sobriedad y transparencia en nuestros gobernantes y seriedad en sus actuaciones, fortalecimiento de la familia, excelencia de nuestro sistema educativo y la protección de la salud.
- Renovación profunda de la concepción que tenemos los venezolanos sobre nosotros mismos y sobre nuestras instituciones; de no hacerlo, cualquier intento de cambio en las estructuras económicas o políticas quedará como un falso arranque.
Por tanto, aprovechemos esta ocasión para unirnos como ciudadanos y lograr la transformación de lo que hoy piensan los niños, las madres y la gente de la calle, para inculcar la voluntad de aprender y formarse como único camino hacia el progreso, y he allí el rol básico de la educación que permita responder al reto de enfrentar un futuro difícil, cambiante e inmensamente desconocido.