La Asamblea Nacional de 2020 dictó la“Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras”, en vigencia desde el 25 de febrero de 2022 , que obliga a todos los consumidores a pagar un impuesto del 3% sobre las operaciones en divisas o criptomonedas distintas al bolívar y al petro, cualquiera sea el objeto y el monto.
El título de la ley y su contenido hacen pensar que esa normativa sería aplicable a grandes empresas, extranjeras o nacionales, que realicen grandes inversiones de capital que ayudarían al país para competir en el mundo trasnacional; intensificando la productividad laboral y cuidando que queden protegidos los consumidores finales y pequeños contribuyentes, pero la realidad es completamente opuesta.
Con ocasión de la vigencia de esta Ley, la Academia de Ciencias Políticas y Sociales dictó el 24 de marzo de 2022 un pronunciamiento en el que rechaza la intención del texto de esta ley y, “… afirma que aplicarla, permitirá un aumento de la recaudación del 5.4%…” y sostiene la inconsistencia con el bien común…”, por cuanto “…atenta contra la noción de progresividad y efectiva vigencia de los derechos humanos en la tributación.”
¿Cuál es la razón para emitir esta opinión de rechazo a la ley?
El impuesto desdice de su nombre (IGTF) y recae regresivamente sobre cualquier transacción por humilde que sea, percutiendo indignamente en los consumidores finales y pequeños contribuyentes.
¿Qué ocurrió en Venezuela que imponen un tributo por pagar en dólares, pero en la factura colocan que se ha pagado en bolívares, a la cual le sumas el IVA?
¿Qué pasó con el bolívar que dejó de ser la moneda de curso legal?
Luego de varios años en caída libre del bolívar con 14 ceros menos desde 2008, el Estado busca mantenerlo a flote, lo ha calificado de bolívar fuerte, de bolívar soberano y ahora de bolívar digital; pero se sigue prefiriendo el dólar.
El país llegó a un colapso económico, entre otras razones, como consecuencia de que los ingresos petroleros no logran cubrir las necesidades de la economía nacional, lo que sucede luego de que los ingresos extraordinarios durante 10 de los años de gobierno chavista (entre 2004 y 2014), ingresó la monumental cifra de 1 billón de dólares, es decir un millón de millones de dólares.
¿Cuánto de esa inmensa cantidad se los comió la corrupción?