Ciertamente la escandalosa celebración de fiestas en lo alto en la cima de un Tepuy del Parque Canaima, viola todas las leyes ecológicas nacionales e internacionales. El enfoque de esta noticia se ha centrado en el hecho que los invitados disfrutaron en esas alturas una reunión de cumpleaños, en la que se violaron todas las normas medioambientales de rango constitucional y legal, además de los compromisos internacionales de obligaciones del Estado venezolano contenidas en tratados y convenios en materia ambiental y pusieron en riesgo, con conciencia de lo que hacían, a la Amazonía venezolana.
El impacto de este evento festivo, tiene una arista que merece igualmente ser investigada. En realidad, parecía más que una fiesta de cumpleaños del señor Rafael Oliveros, una promoción de su Hotel instalado en el Parque Canaima, cuya logística montada y los recursos contratados en empleados, equipos y bienes para apoyar el exótico viaje que incluyó dormir en un Tepuy, daba publicidad a quienes con ingresos muy altos desearan igualmente tener un cumpleaños similar; de allí que desde ahora estos paquetes turísticos no podrán tener publicidad y “nadie” se enterará; pero continuará ofreciéndose tal paquete a la orden de un público exclusivo que pueda pagarlo. Todo parecerá una estadía en el Hotel del Parque Canaima.
¿Es necesario saber cómo y donde está la corrupción detrás de este evento social?
Rafael Oliveros, el cumpleañero que trató el Parque Canaima como de su propiedad, es presidente del Grupo La Marea, en Nueva Esparta y lidera el negocio del turismo «de lujo» a Canaima. La excusa de la promoción del evento eran sus cincuenta años y asistieron figuras de la farándula nacional.

El dueño del hotel Miragua Canaima saltó a la palestra el 20 de enero de 2016, cuando Maduro lo nombró miembro del Consejo Nacional de Economía Productiva en calidad de coordinador del ‘Motor Turístico’ y su representante del sector turístico, en los nueve motores de la economía. En ese contexto, Venezuela atravesaba una escasez de productos básicos, una de las peores etapas de la crisis del país, y la visión que tenía el régimen de recuperar el turismo y la economía era devorada por una hiperinflación sin precedentes. El empresario parece no haberse quedado de brazos cruzados e instaló el campamento turístico de Canaima. El Señor Rafael Oliveros es además director general de Campamento Canaima.
En la publicación ‘Primer Informe’ distintas fuentes aseguraron que Oliveros obtuvo las autorizaciones necesarias para operar en la Gran Sabana cuando la actual diputada a la Asamblea Nacional chavista, Marleny Contreras, esposa de Diosdado Cabello, era ministra de Turismo (2015-2018).