La corrupción del dominio comunicacional

Cuando NO se tiene derecho a la libertad de expresión ni a la libertad de información, resulta  imposible participar en el proceso político como ciudadanos.

La negación progresiva a la que se ha sometido a los venezolanos a este derecho les impide controlar, evaluar, apoyar y criticar las políticas públicas o su ausencia.

Así, la censura es corrupción, pues ataca a los adversarios; y con ella se pretende sobornar a los dueños de medios de comunicación, comprarlos, juzgarlos o simplemente cerrarlos, para lo que utilizan al poder judicial.

La compañía transnacional “Telefónica” que opera en Venezuela, confirma que se encuentran intervenidos por los servicios de inteligencia, un millón y medio de venezolanos o sea el 20 % de sus clientes. Ello demuestra que tampoco tenemos privacidad de las comunicaciones.

Como dice el profesor Héctor Faundez Ledezma; “la libertad de expresión es la forma en que los ciudadanos controlamos a los que mandan, y acceder a la información, el pluralismo político y la crítica, son la columna vertebral de la democracia”. (Cambio 16.com 19/07/2022)

Venezuela no vive en democracia; por ello todo lo anterior se acompaña ahora con la serie de dibujos animados que conforma propaganda oficial en 10 capítulos, de los cuales varios ya están al aire en el canal del Estado, donde Nicolás Maduro tiene el papel principal de «Superhéroe» llamado «Super Bigote» donde combate a “los malos” con superpoderes, al puro estilo de los vengadores.

Esto se llama propaganda política para adoctrinar, desinformar y sembrar la idea de que él no tiene responsabilidad ante la emergencia humanitaria que sufren los venezolanos  cada día.

La pregunta obligada es: ¿Maduro, financió con fondos públicos esta campaña que le adula y exalta haciendo ver que vence a todos los que se le oponen a punta de violencia y muerte? Esperamos su respuesta.