La corrupción nos priva del derecho a la salud

Existe una creciente preocupación sobre la situación de la salud en nuestro país, que se ha convertido en una angustia existencial.

La asistencia médico-hospitalaria no existe. Sí hay hospitales abiertos en los que los médicos, enfermeros/as dicen que hacen lo que se puede, pues saben que no pueden prestar una atención idónea a ninguna persona.

Por ello la crisis de los hospitales es fiel expresión de esa angustia nacional en la que desde hace varios años se debaten los ciudadanos, debido a la carencia, la insuficiencia y lo estructural tanto en el IVSS como en otros entes de salud pública.

¿Dónde ha quedado el derecho social fundamental, y la obligación del Estado de garantizar la salud como parte del derecho a la vida, establecida en el artículo 83 constitucional?

Es duro verificar que las inversiones en obras mil millonarias para nuevos hospitales iniciadas desde hace muchos años, nunca fueron concluidas y quedaron abandonadas, como por ejemplo:

  • Hospital General de Gastroenterología y Oncología. (Mérida) Debió culminarse en 2008.
  • Hospital Cardiológico de Adultos de Caracas. Debió culminarse en el 2011.
  • Hospital General Materno Infantil (Apure) Debió culminarse en el 2009.

Estos tres ejemplos muestran cómo se han robado los reales en materia de salud; lo que nos obliga a no dejar de considerar la situación de los hospitales que medianamente se mantienen activos y sufren del deterioro de sus infraestructuras, la falta de mantenimiento de equipos médicos, el mal estado de los servicios públicos (como agua y luz) y la deficitaria dotación de medicamentos e insumos para poder atender los pacientes. Aun así, el personal hospitalario cumple su jornada laboral pese a las condiciones adversas y a la insuficiente remuneración que reciben.

Esta realidad es consecuencia de numerosas irregularidades asociadas a la corrupción.

Venezuela necesita solucionar la grave problemática de la carencia de un sistema de salud pública, ante el deterioro de los principales indicadores sociales en cuanto a las condiciones de vida y de trabajo.