La fiesta “revolucionaria” en el Tribunal Supremo de Justicia

La verdad es que Hugo Chávez como presidente de la República, cuando asistió a las aperturas de los años judiciales durante su gestión, ni exigió ni fue adulado con una parada militar, ni música llanera y danza folclórica en el gran salón del Máximo Tribunal. 

La apertura judicial realizada el día 31 de enero de este año, se inició con honores militares a Nicolás Maduro Moros, sin que se viera en la toma televisiva que llegara a la sede del Tribunal en el vehículo oficial (¿?), si pudimos observar cómo disfrutó los aplausos de personas que llevaron a los balcones que dan al patio central, y se observa cuánto le agradó y disfrutó.

Este cambio resulta inaceptable si estuviéramos en democracia, pues la condición de presidente de la República en la sede del Tribunal es la de un invitado especial, como lo son la presencia del resto de los representantes de los poderes públicos. Nunca puede ser Maduro un “actor” con derecho de palabra.

Quien invita a la presentación pública de lo que se ha hecho y se hará el año de la apertura del año judicial que corresponda es el Máximo Tribunal, la cabeza institucional que representa a todo el Poder Judicial y de allí que los invitados fundamentales sean los jueces y abogados de la República que integran el sistema de justicia.

Resulta que fue insuficiente el halago con los detalles señalados del inicio de acto; se constata en el video público cómo la presidenta del tribunal como la magistrado “oradora de orden”, le dedican una dulzura de adulancia en sus caras hacia Maduro;  el deseo era complacerlo. El acto concluye cuando la presidenta del Tribunal le otorga a Maduro el derecho de decir unas palabras y allí comenzó la otra fiesta.

Maduro pronunció el discurso principal. Sabía lo que quería transmitir; se auto calificó como “cabeza de todos los Poderes del Estado”; distinguió lo que ocurría antes de la revolución bolivariana donde la justicia estaba partidizada y corrompida (¿ahora?) y se violaban los derechos humanos, mientras nosotros, dijo tenemos una justicia en construcción, que es la Constitución y “rige todas acciones como país y como Estado, ya que contiene los principios y marca la fuerza moral que debe tener todo nuestro accionar.” 

Concluyó diciendo: hay que dar “un salto moral, ético y revolucionario por la justicia del país”. “El pueblo lo espera.” “Una revolución de la justicia aspiramos, soñamos para enfrentar la corrupción, la extorción, el chantaje, la conducta impropia, es un reto.”

Después de 23 años de Revolución Judicial ahora es que va a renacer la justicia y se va a profundizar dijo para que llegue al hombre de pie, que clama, honestidad y justicia así afirmó Maduro. ¿Se pueden tapar todos los desmanes judiciales?

Tres palabras pronunció Maduro que retumbaron en los oídos de varios magistrados, jueces y altos funcionarios: probidad, etica y responsabilidad. El contraste se observó cuando saludó a Mikel Moreno, actual magistrado de la Sala Penal a quien al darle la mano, sostenida por más tiempo y con más agradecimiento que al resto, logró que todo lo que se dijo después bajó el telón de la fiesta.