Los temas de los que se habla a lo interno del país, parecen distintos a los que se manejan en el tablero internacional, influenciados por los cambios en la geopolítica mundial.
Así, mientras en Venezuela el tema se concreta a lo electoral con una ciudadanía pendiente de las primarias y el permanente ataque del régimen a todo lo que no provenga de ellos, dado que la población ha decidido considerar ese evento decisivo para avanzar hacia la democracia y encontrarnos con la libertad.
Ante ese movimiento ciudadano, el régimen se vuelca con fuerza con una política exterior que muestra y ofrece una Venezuela rica en recursos naturales, energéticos y minerales a cambio de pasar a ser el faro de luz de la política hegemónica de los países que el régimen llama aliados, y de esa manera obtener protección para continuar en el poder.
Recientemente cuando Maduro llegó de su viaje a China y otros países como República Argelina Democrática y Popular, fue a Cuba, y declaró a su llegada a Maiquetía lo siguiente:
«Somos luz y faro de la justicia, igualdad y la libertad del mundo entero. Mis gracias a Miguel Díaz-Canel, Cuba y Venezuela un solo camino de lealtad a la patria grande, igual a Raúl Castro. Un nuevo horizonte grandioso se abre a partir de ahora con la gran China, nuestra hermana mayor, nuestro hermano mayor Xi Jinping«.
Maduro aseguró públicamente lo contrario a lo que realmente sucederá. Estas fueron sus palabras:
“la nueva etapa de relaciones comerciales entre China y Venezuela no tiene como propósito «ir contra nadie, porque no nos hemos sentado a conversar para ir contra alguien en el mundo»…no intenta dominar países o quitar recursos naturales a naciones en desarrollo.”
El mensaje de Maduro es la confirmación que se irá contra la democracia, la libertad y se entregarán los recursos naturales de las naciones del Sur.
Estos dos mundos, creados por el régimen, el de Venezuela en el exterior y el de las políticas internas, están caracterizadas por la falta de transparencia, en ellas la ciudadanía no participa, la información es incompleta, llena de prácticas ideologizadas, entrega de nuestros recursos, y ese comportamiento “oficial” se llama corrupción y traición a la Constitución. Sólo se nos dice que todo es exitoso, que tenemos un hermano mayor, y que seremos algún día un país próspero, cuando la realidad es que cada día somos y seremos más pobres.