Maduro grita que le quieren robar el avión pero silencia parte de lo que pasó

La historia del avión 747, supuestamente venezolano, retenido en Argentina está incompleta y es una obligación de las autoridades del país aclararla.

Lo que se sabe, a través de la prensa,  es que el 747 originalmente era propiedad de la línea aérea iraní Mahan Air y que posteriormente pasó a la recién creada Emtrasur, filial de la venezolana Conviasa. Esta es la única aeronave de la empresa y está dedicada a realizar transporte a escala internacional.

Lo primero que hay que recordar  es que EE. UU. considera que la iraní Mahan Airha está relacionada con agrupaciones terroristas, por lo que no sorprende que la propiedad haya pasado a la empresa venezolana con el objetivo de evadir la sanción de la nación norteamericana y poder operar vuelos a China, Irán y otros países en Latinoamérica.

Es conocido que la retención del avión se produjo cuando este cubría la ruta Querétaro (México)-Buenos Aires (Argentina) y la nación sureña no le suministró combustible por lo que se desvió a Uruguay, pero tampoco ahí fue abastecido.  Al retornar a Buenos Aires quedó detenido el pasado 6 de junio y también su tripulación de nacionalidad iraní y venezolana.

El 21 de junio de 2022, la fiscal argentina Cecilia Incardona, imputó a toda la tripulación del avión y solicitó que se profundizara la investigación sobre el piloto y el copiloto que son iraniés y quienes presuntamente podrían estar relacionados con el terrorismo internacional.

Mientras Nicolás Maduro sólo pide a gritos que le devuelvan su avión, según reseña la prensa caraqueña, hay una serie de interrogantes que nadie responde.

Por ejemplo,  el principio de transparencia en el manejo de cualquier empresa estatal obliga a publicar sus estados financieros y revelar la gestión de los ingresos provenientes de los contratos prestación de servicio, en este caso transporte aéreo de mercancías.  Esto no ha sucedido con Emtrasur.

Algo acerca de lo que tampoco hay explicación es respecto a  un supuesto vuelo que realizó ese mismo avión el 13 de mayo de 2022 entre Paraguay y Aruba con un cargamento de 7.683 paquetes de cigarrillos marca Ibiza, según reseña la prensa.

Este vuelo resulta sospechoso por el hecho de que desde Aruba llega a Venezuela contrabando de cigarrillos Ibiza, que son los más económicos y populares del mercado nacional.

Tampoco hay certeza acerca de la titularidad del avión, aunque se asegura que pertenece a Venezuela, la última documentación que aportaron a la causa, muestra como dueña a la empresa Mahan Air.

 El procedimiento de contratar los servicios también debe aclararse. ¿El avión se arrienda y se paga por el servicio de los tripulantes para efectuar entrega de mercancía? ¿Cómo se controla lo que transporta el avión y cómo se hace para contratar con la empresa?

Asimismo, se desconoce quién paga el transporte de las mercancías si los solicitantes del cargamento luego dicen que se deslindan de ello; como lo hizo la empresa con sede en Argentina, que supuestamente había contratado los servicios para traer una carga desde México.

De las pocas cosas que están claras, destaca la razón por la que le fue negado el combustible a la aeronave: las sanciones impuestas por Estados Unidos que podrían afectar a quien le diera nafta. “Este es un tema que hay que resolver” declaró el 18 de junio el presidente argentino, Alberto Fernández, para quien no existe ninguna irregularidad con el avión de Emtrasur.

La opinión pública se pregunta también si acaso con este avión se hacían operaciones de doble uso o era la fachada comercial para otro tipo de operaciones. Nada de esto ha sido aclarado por las autoridades venezolanas que como siempre se manejan con total opacidad con respecto a los bienes de la nación.