Sondeo oficialista para ganar elecciones

Maduro tiene la obsesión de continuar siendo la imagen visible del poder político en Venezuela. Por eso, públicamente y ante sus simpatizantes les preguntó: “¿Cuándo es que hay elecciones?” y en un escenario preparado le respondieron “ en el 2024 o antes”.

Ante esas respuesta Maduro replicó que “lo cierto es que nosotros estamos preparados para, cuando haya elecciones, salir a una gran victoria popular, revolucionaria, cuando sea, donde sea y como sea” y agregó “Si tú quieres, yo quiero”.

Esto evidencia que cuando le asalta la duda, amenaza con adelantar las elecciones, y con ello pretende tener el efecto de que no vean hacia otro aspirante en las filas del PSUV, si fuera el partido el que decidiera sobre su suerte.

Ahora bien, desde que el Tribunal Supremo de Justicia le dio luz verde a los militares para que hicieran política y desempeñen funciones públicas, administren el presupuesto y los ingresos del país, las consultas para elegir candidato quedan a merced de la cúpula de la FAN.

Por su parte, la oposición da por sentado que las presidenciales se realizarán en 2024, cuando se cumplen seis años de la polémica reelección de Maduro.

Además, ha puesto todas sus fichas en una negociación facilitada por Noruega, un proceso congelado desde hace más de un año, para acordar mejores condiciones electorales de cara a las presidenciales del 2024, cuando vence, en “teoría”, el mandato de Maduro.

La población venezolana está, de una forma u otra, descontenta, pero controlada por el gobierno. Una forma de ejercer este control ha sido maniatando la participación política.

La necesidad ha condicionado las decisiones políticas de los venezolanos, que se pudieran ver obligados a votar siguiendo las directrices del gobierno a cambio de bienes y servicios, que hace años que ya no están disponibles de otras fuentes.

El futuro electoral muestra una vez más que el rompecabezas político está lleno de sorpresas; los rivales están inhabilitados o presos, por lo que no sería la primera vez que el chavismo o, realmente, el madurismo altere la fecha de las elecciones presidenciales, si fuera lo que le convenga para proseguir en el poder.