El arte y la corrupción – II

El arte y la corrupción – II

Para la fecha, noviembre de 2010, Celis Atencio, precoz y brillante -según la califican algunos de sus conocidos en el mundillo del arte en Nueva York-, se había convertido en lo que este tipo de corporaciones denomina Key Client Manager (KCM), la persona que maneja la cuenta de un cliente relevante.

También para ese entonces, Sultán Cohén calificaba como un Key Client. La propia Ana María Celis lo certificó en un reporte para su empleador. La ejecutiva auguraba buenos negocios con el magnate.

A su cálculo no le faltó razón: en los próximos cinco años, Sultán Cohén pasaría a ser uno de los diez mejores clientes del departamento de Arte Contemporáneo de la institución, tras gastar más de 27 millones de dólares en la compra de 35 piezas de arte y muebles de colección.

No Comments

Post a Comment